Queridos políticos, iréis de cabeza al infierno. Pero no por haber sido perezosos, bebedores o puteros o codiciosos o serviles o cobardes o descreídos. No, eso Dios lo perdona. Iréis al infierno por no haber traído a los campos de esta Costa, que se están secando, el agua que necesita y que tenemos tanta embalsada en esa cercana presa de Rules. Ese pecado sí es imperdonable, porque detrás de él está la persistencia en el pecado durante muchos años, y está la deslealtad, el desprecio, la injusticia, la arrogancia, la ineptitud… y por supuesto la absoluta y lamentable falta de sensibilidad hacia los agricultores de esta tierra. Queridos políticos, en confianza y cordialmente: sois unos canallas.
Discurso con pequeñas variantes que el gran Luis Landero – no dejen de leer sus Juegos de la edad tardía, Lluvia fina o El balcón en invierno- pronunció cuando le entregaron la medalla de Extremadura. En fin si Extremadura, como dice Landero, sigue estando muy lejos, es el Lejano Oeste, y esa lejanía es en verdad un oprobio, una humillación y una burla, el Sur del Sur también existe y seguirá existiendo en la medida en que no nos resignemos a aceptar ninguna y menos esta sinrazón que dura ya tanto tiempo. En fin.
