«Una Costa unida por su futuro» es el lema escogido con el que la Costa Tropical exigirá a los políticos una mayor atención para reivindicaciones que son seculares y que hasta el momento sólo cuentan con vagas promesas.
El próximo 15 de diciembre es la fecha en que todos los ciudadanos están convocados a reivindicar por las calles de la capital granadina las tres grandes reivindicaciones del litoral granadino: las canalizaciones de la presa de Rules, los espigones y el tren Granada-Motril. Reivindicaciones que los representantes de la Plataforma por las Infraestructuras de la Costa Tropical llevan años demandando en distintas manifestaciones y reuniones con altos cargos políticos.
Para el presidente de los empresarios de la Costa Tropical (Aecost), Jerónimo Salcedo, asegura que ahora es el momento en el que «nos jugamos el futuro» ya que de las distintas infraestructuras que se demandan desde hace años en toda la comarca «dependen las próximas generaciones».
Por su parte, Julio Rodríguez ha pedido que la Costa Tropical deje de ser la de las «eternas potencialidades para pasar a ser la de las realidades» y dejar de estar, como hasta ahora, «olvidada».
No obstante, hay voces disidentes, como la de ciertos sectores que manifiestan su desconfianza hacia la convocatoria alegando que está viene secundada por la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical, órgano administrativo que en la opinión de un regante «es la puerta giratoria de los políticos de la Costa» y que asegura «es una mera componenda de cara a la galería».
De hecho,la decisión de esta manifestación es adoptada tras una reunión entre representantes de la plataforma, la Mancomunidad de Municipios y los distintos alcaldes de la Costa, que han mostrado su apoyo a la concentración y confirman su asistencia.
«Los políticos deberían estar haciendo presión en las administraciones en donde sus partidos gobiernan y si es menester enfrentándose a ellos, pero no reivindicando una protesta por lo que ellos mismos no hacen».
De cualquier manera, la voz de la Costa debe oirse en la calle y la manifestación puede ser una buena plataforma de movilización para reivindicar hasta ahora el escason interés que muestran las administraciones regionales y estatales ante infraestructuras necesarias e imprescindibles para el desarrollo de la zona.