Con sus tradicionales fuegos artificiales, aunque por segundo año consecutivo en una versión reducida, debido a las indicaciones y regulación de las medidas anticovid, Almuñécar cerraba sus fiestas en honor de su patrona Virgen de la Antigua, que también se han visto mermadas por causa de la pandemia.
Sobre las 11 de la noche, del pasado domingo, la fortaleza de San Miguel era lanzadera de unos cortos pero espectaculares fuegos, de pirotécnia Martín de Motril, y que este año no cogía a vecinos y visitantes desprevenidos, tal que ocurrió el pasado año, y fue numeroso público quien presención desde distintos puntos del municipio, el espectáculo pirotécnico.
Si bien el año pasado los fuegos fueron una sorpresa, ya que no se avisaron de los mismos y que según comentó el concejal de Fiestas, Alberto García Gilabert, era una manera de que la tradición siguiera adelante, aunque de manera testimonial, en esta ocasión el propio concejal ya había anunciado la sorpresa final y fueron algunas embarcaciones las que, tambien de manera testimonial, recordaban desde el mar la procesión marítima que desde tiempo inmemorial se realiza en hono de la Antigua y en la que se celebra uno de los espectáculos pirotécnicos más singulares de todo el mediterráneo.
Según una nota difundida por García Gilabert, en redes sociales, las Fiestas de Almuñecar ha realizado «una programación adaptada a las recomendaciones que las autoridades sanitarias nos dictan, intentando abarcar a todos los sectores de la población, para que aunque sea de forma extraordinaria, podamos disfrutar y reencontrarnos con nuestros amigos».