Cortijo de La Boveda / Elena Navas

Cortijo de La Boveda / Elena Navas

El Paseo por la Historia de hoy, más que paseo es una auténtica excursión, porque para realizar la visita de hoy vamos a tener que hacer auténtico senderismo, además de ir bien preparados, porque hay nada más y nada menos que 15 km de distancia, que vamos a recorrer caminando por un sendero con fuertes pendientes, pero muy bonito, ascendiendo poco a poco, en dirección al nacimiento del río Jate, disfrutando del paisaje, del campo y de la montaña. Es cierto que se puede acceder con coche, pero se pierde todo el encanto de hacer el camino que hay hasta llegar a un lugar conocido como “El Rescate”, y sobre todo de hacer el maravilloso descubrimiento de un edificio singular, desconocido y sorprendente, que conocemos como “La Bóveda”.
Se sabe muy poco de este edificio y de este lugar, por eso está envuelto en todo ese halo de misterio que se atribuye a todo lo desconocido. De esta construcción, se ha dicho que es una antigua iglesia mozárabe, que es un antiguo oratorio musulmán, o que es una construcción visigoda. El caso es que cuando se llega a ese lugar, lo que menos puedes imaginar es encontrar un edificio tan antiguo, tan grande, tan sólido.
Por la forma y la técnica constructiva, se puede considerar como un edificio religioso de época tardorromana. Se trata de una nave rectangular, con contrafuertes en los laterales y en la zona delantera; con muros de más de 4 metros de altura y cubierta de bóveda de medio cañón, de ahí le viene el nombre de “La Bóveda”. Quizá se construyese en el s. VI y está hecha con piedra de lugar.
La primera pregunta que viene a nuestra mente, es qué hace un edificio como este en un lugar tan apartado de la ciudad de Almuñécar. Para contestar a esto, tendremos que viajar al pasado e imaginar todos los cambios que se produjeron en la zona de Almuñécar-La Herradura tras la caída del imperio romano.
Hasta ahora, siempre hemos hablado del esplendor de la ciudad romana Sexi Firmum Iulium; comercial, monumental, rica y próspera. Pero con las invasiones de los bárbaros del norte, que es como se conocen las invasiones germanas que tuvieron lugar durante el s.V, se produce el desmoronamiento del imperio romano.
Hasta entonces, el estado lo organizaba todo, las calzadas, los puertos, la llegada de agua saludable a través del acueducto, incluso el ejército se utilizaba para facilitar el comercio y que los productos y las personas pudiesen moverse de forma rápida y segura por todos los rincones del imperio. Pero a partir de ahora, el estado ya no es tan poderoso, no está unificado, y no puede garantizar esas redes comerciales. Poco a poco, se va transformando el modelo de vida que había funcionado hasta entonces. La costa se vuelve insegura, y una de las principales actividades económicas realizadas en Sexi, que era la industria de salsas y salazones de pescado, entra en crisis, y con ella la ciudad; porque ya no hay quién mantenga las grandes construcciones en uso, hay una sensación de inseguridad muy grande y la población tiene miedo de vivir en la costa, por lo que se mudan a lugares donde se encuentran más tranquilos; lugares montañosos, de difícil acceso, donde se sienten más protegidos de los frecuentes ataques de piratas e invasores.
Así resurgen poblados a lo largo del cauce del río Jate, como el del Peñón de los Castillejos o el del Pico Moscaril, y digo resurgen, porque estos asentamientos ya existían desde la prehistoria, son lugares que habían estado ocupados por las personas oriundas desde mucho antes de la llegada de los fenicios a la costa. Posteriormente, los romanos habían explotado el territorio a través de las diferentes villae romanas. Desde entonces, toda la importancia que había tenido la ciudad de Sexi Firmum Iulium, se pierde, y la atención se vuelve hacia la zona de la Herradura, concretamente la cuenca del río Jate, porque la población se marcha a estas zonas.
La vida se vuelve más rural, más agrícola. Ya no se vive de cara al mar, sino de cara a la montaña, a la agricultura y a los recursos que ofrece el bosque, como es el ganado, la caza, la madera, etc.. Al abandonarse las producciones de salsas y conservas de pescado, dejan de funcionar los alfares en los que se producían las ánforas para envasar los productos comerciales, dejan de construirse y de arreglarse barcos, dejan de explotarse algunas salinas…, y poco a poco va cayendo toda la economía en general.
Dejan de construirse grandes obras públicas, y los edificios que hay, ya no reciben atención ni mantenimiento y se deterioran, hasta caer en la ruina y el olvido. Mientras, la zona del río Jate se puebla más intensamente, se explotan las tierras con una agricultura más de autoabastecimiento que de comercio. Ya no hay esclavos, es una población emancipada y autónoma, más rural y más apegada a la montaña que al mar.
Estas poblaciones son cristianas y construyen sus propios edificios de culto, quizá “La Bóveda” sea una de las iglesias construidas en esta época, porque el cristianismo ya es la religión mayoritaria.
Las necesidades de defenderse explican que estas personas se asienten en la montaña, en lugares bien protegidos, de difícil acceso, en elevaciones que dominan toda la cuenca de los ríos, muy integrados en su entorno natural y controlando los campos de cultivo situados en las colinas cercanas, que ya estaban en cultivo desde época romana. Se produce un resurgir de la ganadería, que les llevará a mantener los antiguos caminos de montaña como lugar de paso del ganado, las vías pecuarias.
Así irá transcurriendo la nueva forma de vida, predominando durante otros 5 siglos, hasta la llegada de los musulmanes, que volverá a provocar un nuevo cambio, un gran cambio, generándose un nuevo proceso de abandono de los asentamientos en la montaña, para que la población vuelva a vivir en las llanuras fértiles, cercanas a la costa. Poco a poco la ciudad toma vida de nuevo, gracias al comercio del azúcar y la seda. Aunque ya todo es diferente, ya no es la misma cultura, ahora es una medina, con su mezquita aljama, con sus puertos, y su alcazaba, pero esta vez conocida con otro nombre, al-Munakkar, la resguardada entre montañas…, pero esta ya es otra historia.

 

También podría gustarte