Jubilados de cercanía

 

Cada vez conoceremos menos a nuestros funcionarios municipales, tanto por razones generacionales, a los que somos añosos, como por el crecimiento demográfico de nuestro pueblo que hace imposible el conocimiento de todos los vecinos. Ayer el Ayuntamiento sexitano homenajeaba a una veintena de funcionarios que se han jubilado ( la generación de los ochenta dijo uno de ellos) y a todos los conocíamos por su nombre y a casi todos tratados en una u otra ocasión. No es que el conocimiento hiciese más o menos eficaz su función pública, pero no puede negarse que sentir cercano a quien parapetado tras la ventanilla o la mesa o en cualquier otra actividad nos atiende hace mucho más fluido el trato incluso hasta para enfadarse. Pero también supimos ayer que estos hombres y mujeres, aparte su faceta laboral, tenían sus vidas diseñadas, algunas las conocíamos, y sus propias aficiones y aspiraciones, algunas las descubrimos, que a partir de ahora podrán realizar a full time en horario laboral manejado por ellos mismos sin que otra maquinaria o geometría lo contabilice. Para muchos de ellos la vida ya tendrá otra dimensión, un trabajarse ellos mismos, y hasta podrá la nostalgia ocupar algún despertar con costura de sobresalto pensando que llegan tarde a su cita diaria con el oficio.

La etimología latina de jubilación (iubilare) significa «gritar de alegría», en este caso el retiro laboral que va acompañado de un sentimiento de júbilo y plenitud. «Este último planteamiento vital está asociado con el significado primigenio del término trabajo, ya que para muchas personas el trabajo es un suplicio, una carga o una obligación muy poco estimulante. En este sentido, vale la pena recordar que la palabra trabajo viene del latín tripalium, un instrumento de tortura empleado por los romanos para castigar a los convictos», leo en algún sitio.

Enhorabuena a todos ellos. Son los últimos jubilados de cercanía.

 

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