Hoy traemos a colación uno de los símbolos paisajísticos que, con el paso de los años, define y caracteriza a la ciudad de Almuñécar. Nos referimos a la cruz instalada en el Peñón del Santo.
La cruz original fue inaugurada el 20 de abril de 1901 en conmemoración del primer aniversario de la muerte de Dª Encarnación Márquez, propietaria de la fábrica azucarera “La Encarnación”, viuda de D. Rafael Márquez y Osorio-Calvache y una de las mujeres más poderosas de su época.
Como curiosidad, podemos hacernos eco de una noticia fechada el 15 de julio de 1886, donde se relatan las excelencias del balneario de Sobrón, ubicado en Álava, por el que pasaba lo más granado de la aristocracia y burguesía española de la época porque, como dice la noticia, “ Aquí corre con cierta insistencia la noticia de que S.M. la Reina Regente ha anunciado su propósito de visitar este balneario”, y “entre la numerosa concurrencia, cuyos nombres registran los libros de entrada figuran las señoras […] Dª Encarnación Márquez, su hijo José y su bella hija María, de Almuñécar (Granada)…”
Gracias a Encarnación Márquez sabemos que se pudieron recuperar una serie de esculturas y estatuas que salieron en el año 1887 mientras se excavaba, en una zona próxima a la Cueva de los Siete Palacios, con el objetivo de buscar piedras con las que construir las casas que comenzaban a desarrollarse por el barrio. Entre los objetos encontrados estaban las estatuas de un muchacho togado, una mujer vestida con túnica griega, un colosal thoracato, todos ellos hoy en el Museo Arqueológico y Etnológico de Granada, o una herma del Dios Baco que se haya en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid.
La cruz, de marcado carácter modernista, fue diseñada por el arquitecto catalán Juan Monserrat y Vergés, nacido en Reus en 1853, cerca de la casa del arquitecto modernista por excelencia, Antonio Gaudí, con quien compartió estudios.
Juan Monserrat fue el encargado de diseñar la mayor parte de los edificios modernistas granadinos de la nueva Gran Vía de Colón, zona de Puerta Real o la plaza de la Trinidad. Edificios suyos, entre otros muchos, fueron: la Iglesia del Sagrado Corazón, el hotel Colón, la banca Rodríguez Acosta o el hotel Victoria.
En Almuñécar, por encargo de los herederos de Encarnación Márquez, diseñó e instaló una cruz de siete metros de altura sobre un pedestal, colocándola en la zona donde antes estaba ubicada la ermita de San Cristóbal. Desgraciadamente, esta obra artística modernista fue derribada en el año 1936 y posteriormente se fueron colocando distintas cruces hasta llegar a la actual, que con 30 m de altura se ha convertido en un símbolo y seña de esta ciudad.