A pie de foto / La vacuna y la Veneno / Javier Celorrio

La semana se ha iniciado en lo científico (¿político?) con la esperanza de la vacuna y en la calderilla de la información se ha resucitado a La Veneno. La primera anuncia para su efectiva vacunación colectiva principios de año, la segunda se ha empeñado en convertir a la trans de Adra en icono del movimiento LGTBI… Ni una ni otra son como suenan.

A un servidor la vacuna le parece como brindis al sol del Gobierno a una ciudadanía que está algo cansada de mañana abro el tenderete y pasado me lo cierran y mientras tanto la deuda se acrecienta a la misma aritmética que el contagio. Algo hay que decir y que mejor aprovechar la venida de SS.MM. los de Oriente para calmar el pronto revolucionario que siempre ha tenido España cuando nos da ese brote de salir a palos. Para mi que Illa y Simón barajan en su cabeza la cosa esa de la ilusión para luego declarar que han llegado a la conclusión que a sus SS.MM. hay que deponerlas por engañosas y apostar por Papa Noell que es republicano.

Los telediarios han anunciado en sus cabeceras con gran algarada que la vacuna es un hecho, para al segundo siguiente señalar que sigue sus pruebas correspondientes. O sea, ¿está o no? La estrategia de la zanahoria y el palo en estado puro. Usted es tonto y en su casa lo saben, parecen decirnos una y otra vez ante tanta tragaderas de gazapos que venimos padeciendo desde el pasado marzo. A continuación, las televisiones salen a la calle para preguntar si usted se pondría o no la vacuna. Hay disparidad de opiniones, desde quienes se muestran temerosos hasta quien asegura, ley de la supervivencia, que antes esperará a que se la pongan otros. Así no extraña que nos confinen sine die y que el lexatín sea el fármaco más demando en los consultorios telemáticos y los gabinetes psiquiátricos te den fecha para avanzado 2021.

Encuentro frivolidad en todo, que a lo mejor no es tal y llanamente es que el maestro ni el alumno dan para más. Tal aquella leyenda que contaba de un inspector de enseñanza que al visitar una escuela preguntó a un niño que quien escribió El Quijote, ante lo que el niño contesto muy resuelto que él no había sido. Ante la estupefacción del inspector, el maestro quito leña al fuego y exculpando al ignaro alumno sentenció que si el muchacho decía que no había sido es que seguro no lo había hecho. Así el paisaje y el paisanaje supongo que en enero dirán que la vacuna será un hecho en breve y esa brevedad condicionada a las contingencias propias a la eficacia del descubrimiento. Mientras los zombis siguen sueltos.

Pero si el alborozo fuese poco, viene a unirse el revival de La Veneno, un juguete roto primero por la homofobia pueblerina, después por la homofobia televisiva y que ahora se quiere expender por el costumbrismo homófobo del espectáculo y que tras cuatro años de su fatal deceso se pretende etiquetar como abanderado patrio de la transexualidad. Cuando esta señora lo que habría preguntado al respecto es si eso era una manera nueva de que la «finolis» llamaran al tiburón. «El tiburón, el tiburón te va a comer». Querid@s al tiempo nos devorará y a ella concretamente la terminó de devorar hace cuatro años, antes le propinaron dentelladas sangrientas entre unos y otros de las distintas tribus que la dejaron exhausta y olvidada cuando su auténtica humanidad de criatura salvaje, aunque desvalida, dejo de dar dividendos.

Foto y texto . Javier Celorrio

 

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