Bitácora con salitre / del 20 al 23 de octubre

 

 

20 octubre
Los de Campari hacen un spot de su marca basado en el estilo cinematográfico de Federico Fellini. La singularidad es que utilizan para el mismo Inteligencia Artificial. Obvio, que la finalidad es publicitaria, pero también da pie, en provecho del comercio, a un extenso reportaje del making-off donde explican de que manera una IA puede sustituir, mediante algoritmos, la mente de un maestro. El resultado del spot no está mal, pero creo que la IA anda falta de chispa creativa y acaso se deja llevar por los aspectos mas kitsch de la obra del genio de Rímini. Intuimos que es precisamente ese aspecto el que la marca quiere potenciar por razones del impacto visual.

En mi vida he sido algo «felliniano» y a la vez «viscontiniano», dos maneras contrapuestas, distintas de ver la vida. De hecho siempre he pensado que algo de mis contradicciones vienen desde mi propia concepción que sería allá por septiembre del 1954, precisamente cuando Fellini presentaba en el Festival de Venecia, La Strada, y Visconti hacia lo propio con Senso, el melodrama intenso y stendhaliano que vivía la condesa Serpieri. Precisamente de la polémica de aquel Festival surgió la adjetivación de «felliniano» y «viscontiniano» para identificar a los partidarios de uno u otro director ante el escándalo provocado por la influencia política de los democristianos italianos sobre el jurado del Festival. (Siempre los políticos metiendo sus patitas en el plato o plató, en este caso)

Tullio Kezich en su monumental biografía de Federico Fellini nos lo cuenta: «Ya desde primeros de agosto corría la voz de que círculos ministeriales estaban boicoteando la película de Luchino Visconti «Senso», la cual según oscuras voluntades ni siquiera tendría que haber sido seleccionada. En ese momento es considerado Visconti el líder de la oposición comunista al cine del poder democristiano , y tras la «Terra trema» la crítica de izquierdas lo ha erigido en paladín del neorrealismo, papel que en realidad se aviene mal con la personalidad del noble milanés, intelectual decadente que esta a punto de convertirse en el mas aclamado de los directores de ópera. Y como contrapeso de Visconti, una crítica no menos miope, causa de malintencionadas maniobras políticas, ha hecho de Fellini el baluarte del cine espiritualista frente al del materialismo histórico».

Ante la batahola ocurrida, el jurado decide conceder el León de Oro a la más que discreta Romeo y Julieta del italiano Renato Castellani. Y la cosa llega a más, tampoco las actrices de ambas películas, Alida Valli por Senso y Giulietta Masina como Gesolmina, conseguirán el premio a la mejor interpretación femenina, que vergonzantemente queda desierto.

Pero aquellos hechos afectó a la relación entrambos directores. «A este respecto se cuentan anécdotas divertidas. Un día aparca Federico el coche en Piazza del Popolo y le dice al amigo que le acompaña: <Cierra bien la ventanilla que como pase Visconti me escupe dentro>. Y al salir de La dolce vita se comenta que dijo Luchino: <Estos son los nobles vistos por mi criado>». Genios y figuras.

Fui concebido sobre aquellos días y ambos creadores han influido posteriormente en mi. De hecho combino el Mambo italiano con el cuarteto de Rigoletto.

21 octubre
Un enamorado de nuestra sexitania me dice que esta tierra le gusta en toda estación. En primavera por sus vientos; en verano por las mañanas limpias y serenas; el otoño por su luz del mediodía y el mar zafiro de los amaneceres, y el invierno porque hay pocos visitantes y alguno de ellos parecen esconder algún hecho interesante, cierto asunto oscuro que todavía tienen muy presente. Luego añade que no vive aquí todo el año: no es bueno aburrir al amor con banal persistencia.

Llevo unos días italianos. Y si ayer era Fellini, hoy le toca a Kurt Erich Suckert, Un día en un mercadillo encontré el volumen Due anni di battibeco, traducido al español como Picotazos. Malaparte, apellido elegido para firmar sus obras, estuvo mal visto en una época. Desde efectista hasta reaccionario, llamaron algunos a este periodista que escribió dos de las novelas mas crudas sobre la Segunda Guerra Mundial, siendo uno de los escritores de moda en la posguerra por obras como La piel y Kaputt. Siempre a contracorriente. Cada época tiene sus contrariados que no gusta a lo establecido, a lo políticamente correcto que bailan al son de lo conveniente, a los disfrazados, a las amebas siempre dispuestas. Malaparte se construyó una casa en Capri sobre un silenciosos acantilado de difícil acceso de la que alguien ha dicho que era una oda en toda regla a la soledad, al minimalismo y al equilibrio del hombre con la naturaleza. «El escritor, a mi ver, debe ser el testigo y el confesor de su tiempo, de su pueblo, y de la sociedad en que vive. Son los poderosos los que deben tener miedo de los escritores libres», escribió una vez.

Y mientras trascribo esto me llega desde la calle la vocinglería humana.¡ Ay Señor!, hablan muy alto. Imagino la Casa Malaparte sobre el acantilado y el sonido de las olas al romper en ellos; hay dos ruidos, el de las olas y el del silencio. La naturaleza siempre produce gestos elegantes, la humanidad algunas veces y en algunas épocas.

22 octubre
Tanto buen tiempo cansa. Para hoy se anunciaba alguna inestabilidad que luego se ha quedado en leve poniente y bajada de algunos grados en la temperatura que se agudiza al caer la tarde. Paseando, el aire de alguna calle viene cargado con el aroma a castañas que alguien asa en su casa. Todavía quedan notas, pequeños apéndices a los sentidos que alertan de los cambios de estación; costumbres como gestos genéticos viajeros por el tiempo, matices que sobreviven entre los cambios acelerados que imponen la industria, el comercio para avivar el objetivo final que es el consumo. El verano de san Miguel promete enlazar con el de san Martín.

23 octubre
En los merenderos políticos ya han iniciado la merienda. Esto es, que van a morir dos romanos o cuatro cartagineses. O al revés, no sé. La cercanía de elecciones se nota en los pretendientes. En lo rural palpita más que en las ciudades esa vocación de mando que es verdadera voz a lo que llaman gestión y en esa equivocación de significado, de interpretación o máscara devienen los errores que nos afecta al resto. Por ahora se fagocitan entre ellos. Me cruzo con una criatura que se dedica a la res pública. Recuerdo los versos de Machado: ¡Buen don Guido y equipaje, buen viaje!…

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