Calendario / De erosiones y chiringuitos

8 de junio Texto Javier Celorrio Perplejo quedo ante la noticia de que «la erosión que sufren las playas del litoral de la provincia de Málaga tras el paso de los temporales es culpa de los chiringuitos». Así lo ha expresado el Gobierno Sánchez en respuesta a una pregunta en el senado del PP. En concreto la contestación señala que la degradación de los arenales se ve agravada «por la permanencia de establecimientos comerciales de temporada y de infraestructuras municipales que debieron haber sido levantadas de las playas al terminar el verano». En principio desconozco si la respuesta tiene un sostén en estudios geotécnicos y si la culpabilidad de esa erosión se basa en tal estudio garante de dicha posibilidad. Pero visto lo visto no me parece probable que exista tal investigación y ni acaso un documento elaborado por IA que de lo relativo extraiga una conclusión de culpabilidad. Mucho más probable es que alguien del Ministerio de Transición Ecológica, iluminati acaso aunque no los haya, ha entrado en un informe de quién sabe que geoterritorialidad encontrando que el mar a veces desata tempestades y en su furia arrastra lo que pone barreras a su brío. Es cierto que muchas veces la rapacidad económica de algunos ponga elementos en lugares inapropiados y expuestos al azar de la Naturaleza y que esta con la voz propia de su gesto demuestre que el mar siempre termina por recuperar el espacio robado. También es cierto que playas que eran singulares han despersonalizado su línea de costa para hacer playas temáticas de los mares del sur y que los ayuntamientos no dejan de inventar mobiliarios urbanos para hacer ver al electorado que la modernidad es una cosa que está entre lo hortera y la funcionalidad disfuncional, pero de ahí que sean los chiringuitos culpables de la erosión en la playa es pasarse todos los pueblos que hay desde Algeciras a Estambul. Por otro lado, si la idea es que el chiringuitero conviertan su negocio en un asunto estrictamente estival se contradice con esas campañas institucionales que salen por un ojo de la cara al erario público y en las que se pregona urbi et orbi sol y mar para todo el año como estrellas en la feria de atracciones. Reitero mis dudas ante que la respuesta senatorial se base en concienzudo estudio, pero sí mi preocupación de que el Senado está en Madrid y una coplilla del pop de los ochenta predicaba que en Madrid no hay playa. O sea, que la cosa les viene lejos. Hasta ahora se nos había explicado por activa y por pasiva que el erosionado litoral era reparable con los dichosos diques, pero si estos no se hacen siempre hay un niño a quien echar la culpa: ¿Cómo a nadie se le había ocurrido que los espeteros son los culpables de tremendo deterioro? No obstante, y como la anfibología parece regla monclovita, tomemos lo de Málaga como aviso a navegantes y cuando las barbas de tu vecino veas cortar pon las tuyas a remojar. Siempre Spain is different.

 

 

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