Cinco imprescindibles para la sexitana Noche de San Juan

Si hay celebración popular que marque el calendario sexitano, no hay que dudar que es San Juan su noche emblemática.

De tiempo inmemorial, esta cita de toda la población con el mar es ineludible, al igual que lo son la procesión del 15 de agosto o El Paso de su Semana Santa. Si un almuñequero se encuentra lejos de su pueblo seguro que en estas tres fechas su recuerdo tintará d nostalgia la jornada.

Las hogueras, el lavatorio de cara en el mar a las doce del 23 e iniciando la madrugada del 24, el bollo de San Juan, las brevas y el salitre de esa noche a la orilla del mar, son sin dudarlo marca Almuñécar de la tradición de este pueblo que inicia el verano en esta fecha y lo acabará allá por el quince de agosto, festividad de la virgen de la Ascensión. Ambas fechas, que según la tradición de tiempos pasados, daban a los nativos el calendario de inicio y final de la canícula.

Pasar toda la jornada en la playa es lo habitual: abrigado el amanecer por las ascuas de la lumbre que se reaniman con la salida del sol siguiendo la fiesta, entre baño y baño, hasta la anochecida cuando el bando municipal advierte a recoger los bártulos y regresar cada mochuelo a su olivo.

Indispensable en la gastronomía del día el famoso bollo de San Juan con un huevo o varios engastados bajo una cruceta su parte superior y que suele tomarse en el desayuno o la merienda. Las moragas de sardinas o los guisos de choto y pulpo, estos últimos preparados en casa y tradición cada vez más perdida al ser sustituida por la barbacoa, y el postre típico de las brevas o la sandía son fundamental en este encuentro playero que se repite año tras año llenando el litoral sexitano.

 

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