La llegada de un bebé trastoca toda la vida aparentemente organizada de la joven Amaia (Laia Costa), quien se ve sobrepasada por los nuevos acontecimientos. Su pareja, Javi (Mikel Bustamante), es el primero en convertirse en un saco de boxeo y la necesidad de trabajar da lugar a los primeros encontronazos en la pareja. Amaia se refugiará en el calor de sus padres, interpretados por Susi Sánchez y Ramón Barea. Sin embargo, la edad y el tiempo no perdonan, por lo que Amaia no solo será madre de su bebé sino también de sus padres. ‘Cinco lobitos’ es el primer largometraje de la directora Alauda Ruiz de Azúa, un drama lacrimógeno con el que consiguió la tan merecida Biznaga de Oro.
Esta película es un retrato de la realidad mundana en la que nos rebozamos desde que llegamos a la incubadora y la reemplazamos unos cuantos años más tarde, con un poco de suerte, por una bonita caja de pino. Cada uno de los personajes de ‘Cinco lobitos’ tiene su propia vida, aunque aparentemente vivan la misma. No miente quien dice que cada persona es un mundo. Amaia tiene un trabajo que le exige formación y tiempo, pero ve como un pequeño vampiro sin colmillos le está arrebatando la energía y sus opciones laborales. Por su parte, Javi parece darle mucha más prioridad al trabajo que al hecho de ser padre. La madre de Amaia es exigente y un poquito intransigente, aunque no se le puede reprochar nada ya que es el resultado de una vida que ha de ser vivida porque viene así, no porque se escoja. Y en cuanto al padre, un buen hombre pero que ha volcado toda responsabilidad familiar en la madre.
‘Cinco lobitos’ dialoga sobre la constante búsqueda de la felicidad, pero avisando al mismo tiempo que la vida se nos va persiguiendo esa felicidad cuando en realidad ya la hemos atrapado en las pequeñas cosas cotidianas. Ver a tu bebé reír es felicidad, poder compartir una tarde con tu padre es felicidad, acompañar a tu madre al mercado de la plaza es felicidad. Pero también habla sobre el tiempo que no perdona, siendo una amenaza constante al recordarnos que no hay vuelta atrás y que nosotros, simples mortales, no vamos a estar siempre. Eso sí, una hija siempre será una hija hasta el fin de los días, aunque siempre hay un punto de inflexión en el que esta hija se convierte en madre para sus padres, aunque los segundos nunca lo reconozcan. Ley de vida. Y si digo hija y no hijo es porque en la mayoría de los casos son las mujeres las que acaban siendo la piedra angular de la familia, y no hay discusión posible.
‘Cinco lobitos’ no cuenta nada nuevo, pero está tan bien narrada que es un placer verla, con unos actores totalmente metidos en su papel, destacando a Laia Costa y a Susi Sánchez. En definitiva, gran película, y no porque la crítica especializada lo diga. La vida es como es y hay que vivirla tal y como nos viene y, por supuesto, la felicidad está ahí, aunque no sepamos reconocerla.
Isaac Cabrera Bofill
Lcdo. Ciencias Políticas y de la Administración