El 91% de los trabajadores podrían ser «meteosensibles»

 

Está por todas partes. La nieve ha cubierto gran parte del país y ha dejado un manto blanco y espeso sobre todo en la capital. Filomena nos ha traído una nevada como casi nadie recuerda haber visto y ha dejado estampas bien curiosas en Madrid, como un trineo tirado por perros, gente haciendo ski y muñecos de nieve por doquier.

La borrasca nos ha dado algo de qué hablar durante estos días, pero el próximo lunes es ya Blue Monday (blue significa triste en inglés), y lo cierto es que este día se llama así por un motivo ya que se considera el día más triste del año. Ya ha pasado tiempo desde que acabaron las fiestas navideñas, hemos desistido en muchos propósitos de año nuevo, todo el mundo ha vuelto a su rutina normal y encima suele hace mal tiempo. Y es que las estaciones y las condiciones climatológicas nos afectan física y psicológicamente. Aunque a algunos más que a otros, los llamados “meteosensibles”.

La web especialista en empleo Jobatus.es ha realizado un estudio en el que se encuestaron 1283 trabajadores, para saber si notaban cambios en su estado de ánimo en las distintas estaciones. El resultado es concluyente, el 91% de los encuestados reconoció que se sentía más “triste y apagado” durante los meses de invierno y más “alegre y animado” en los meses de verano. Por lo que sí, el tiempo afecta a nuestro talante y nuestra actitud.

Hay ciertos fenómenos meteorológicos que causan distintos síntomas y sentimientos en los trabajadores, y en todo el mundo en general:

Viento fuerte: Ansiedad y malestar
Corriente cálida: Jaquecas y baja concentración
Lluvia: Tristeza y comportamientos depresivos
Temperaturas muy altas: Irritabilidad y aletargamiento

Pero todo esto tiene su explicación científica. Uno de los síndromes que ya se ha demostrado es el Trastorno Afectivo Estacional (TAE), que es debido a la falta de luz solar durante estos meses. Los niveles de melatonina aumentan y los de serotonina disminuyen. El resultado es este fenómeno más conocido coloquialmente como “la depresión de invierno”. Este trastorno afecta a más de 12 millones de personas que viven alejadas de la línea del ecuador y por tanto viven las estaciones frías con los días más cortos.

La buena noticia es que la podemos combatir con la fototerapia, es decir, un tratamiento con luz.

¿Cómo ha afectado Filomena en concreto?

Mientras algunos han salido a disfrutar de la extraña situación, otros quedaban atrapados en las carreteras o aislados en sus casas. Y no sólo eso, sino que muchos sectores laborales han quedado afectados por las consecuencias del temporal. Por este motivo, las consecuencias no son únicamente psicológicas, sino que han ido más allá.

Una vez más, el sector sanitario ha sido uno de los peores parados al no poder renovarse los turnos de los trabajadores. Seguimos en plena pandemia con el repunte de casos de contagio por las fiestas navideñas, el cansancio se acumula y los ánimos empiezan a escasear. Aún así ha habido quien ha ido caminando en plena ventisca de nieve para poder sustituir a sus compañeros y darles un respiro. Admirable.

Otro sector que está a la espera de ver exactamente cuáles han sido las consecuencias de Filomena son los agricultores, que no podrán analizar los daños hasta que se retire toda la nieve. Las cosechas de verduras, cereales y árboles frutales corren peligro, ya sea por las heladas o por daños en los invernaderos. Y en el caso de los olivos incluso pueden quedar perjudicados por varias campañas.

Por último, el grupo profesional que esta vez se ha visto muy afectado es el del transporte, ya que la nieve ha impedido la entrega de mercancías dejando a los camiones inmóviles en medio de la carretera. Tampoco el transporte de personas ha podido funcionar correctamente, ya que únicamente el metro ha podido continuar a pleno rendimiento. Afortunadamente parece que poco a poco todo está volviendo a la normalidad.

En cuanto a otras áreas, si algo bueno nos ha traído el Covid-19 es la agilización del teletrabajo, por lo que fácilmente muchos han podido seguir desempeñando sus funciones desde casa. El tema de coordinar el trabajo en casa con los niños sin colegio ya es otra historia.

 

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