Enjoy Communism / La princesa que no reinará / Francisco José Soriano Guzmán

Enjoy Communism

Francisco José Soriano Guzmán

LA PRINCESA QUE NO REINARÁ

El título parece el de un cuento: “la princesa que no reinará”. Pero no es un cuento; es, como dice ahora la gente joven, un espóiler, mi espóiler de esta tragicomedia en que se ha convertido España. El espóiler (neologismo no admitido todavía por la Real Academia de la Lengua, que lo tiene en observación, como si fuera un enfermo) es el destripe de toda la vida de una película. No hay nada peor que alguien te diga a mitad del filme qué nieto fue el que envenenó a la abuela.

La princesa Leonor no reinará. El teatrillo se escenificó según lo previsto. Quizás con la reina más seria de la cuenta, se estaría dando cuenta del cachondeo del asunto. La princesa juró guardar y hacer guardar la Constitución, como en su día juró su padre y antes, el padre de su padre. Juró en el Congreso, ante el Presidente de un Gobierno en el que hay ministros y ministras que expresamente han manifestado que no quieren que Leonor reine, que quieren eliminar la Monarquía. ¿Puede haber mayor sinsentido? El jefe de los ministros dando palmaditas al rey con una mano y con otra, pensando en quitarle el sillón al monarca y a su descendencia en cuanto se despiste.

Llevan razón los periodistas en que el 31 de octubre ha sido un día histórico. Es muy posible que lo sea porque fue el día que juró una princesa que nunca reinará. Ya se encargarán de ello quienes nos están gobernando.

De todas formas, digo yo, ¿para qué sirve en realidad un rey? ¿Para rubricar con una pluma de oro todo lo que le pasen a firma, por muy sucio que sea? Eso lo podría hacer un sistema de inteligencia artificial, muy de moda en estos días. Estoy hablando, claro está, de la amnistía. El rey blanqueará la felonía con su firma. Si el rey firma la ley de amnistía, no será tan mala, ¿verdad? El rey nunca firmaría nada malo para los españoles. Además, la ley de amnistía será constitucional, no quepa duda. Preside el Tribunal Constitucional quien fuera nombrado por Zapatero Fiscal General del Estado.

Con la amnistía la igualdad y la libertad de los españoles habrá terminado, la democracia fenecerá. Políticos que indultan a políticos. Políticos que se amnistían ellos mismos. Políticos que se pasan por el arco del triunfo las sentencias y llegan a acuerdos para gobernar todos juntos, en alegre compaña. Para gobernarnos a nosotros, los plebeyos.

Claro está, ni a usted ni a mí nunca nos indultarán ni nos amnistiarán. No nos perdonarán ni los intereses de una triste multa de tráfico.

Pero ellos sí, son de otra estirpe. La ley está para que la cumplamos nosotros, no ellos.

Sería cuanto menos curioso que un político que se fugó de España en el maletero de un coche, y que está siendo perseguido por la Justicia española, regrese y lo haga por la puerta grande, como los toreros, jaleado y homenajeado, y que el padre del rey, que no está siquiera imputado, tenga que venir a España escondiéndose por las esquinas y pidiendo perdón, sin poder siquiera pernoctar en la que fuera su casa. Cría cuervos. El mundo al revés.

Lo dicho, la princesa que no reinará. Casi mejor para ella, será más feliz. Y tendrá tiempo para pasearse por Almuñécar, se le irán las penas.

 

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