Los más de trescientos terremotos que han afectado a Granada y su franja metropolitana en la última semana, en el llamado efecto enjambre sísmico, una sucesión de seismos de intensidad baja o moderada, ha levantado la preocupación por un posible terremoto en el mar de Alborán lo que podría provocar un tsunami que,si bien la ola no sería de grandes dimensiones, al tener su epicentro más cerca de la costa, el efecto se produciría con mucho menos tiempo de reacción que si éste se produjera en el atlántico como ocurrió en 1755 con el maremoto de Lisboa que también afecto a Cádiz y Huelva con efectos catastróficos. La Junta de Andalucía y expertos de la Universidad de Granada, llevan un año desarrollando un plan para abordar un posible tsunami en el Mar de Alborán, no obstante los expertos piden ser cautos y no alimentar la alarma y señalan que el plan está dictado por precaución y porque es una obligación legal del Gobierno central por un plan nacional de prevención de maremotos y aseguran que la comunidad está preparada y que en este 2021 se tendrá listo un plan regional, del que «luego habrá que desarrollar estrategias locales en los municipios más expuestos al peligro».
«De dicha iniciativa ya existe un borrador que determina que los mayores puntos de peligro ante tsunamis en la comunidad están en Cádiz, Huelva y en la zona del mar de Alborán. En la costa atlántica la ola de un maremoto que llegase a la costa gaditana u onubense sería más alta, más potente y más destructiva. De más de 12 metros. Pero vendría de lejos, lo que da más tiempo para prevenir y evacuar. En el litoral mediterráneo, la ola sería menor pero, al tener su epicentro más cerca de la costa, llegaría con mucho menos tiempo de reacción», informa el diario ABC.
El último maremoto registrado en el litoral andaluz, fue en 2003 con epicentro en Argelia, que afectó a Almería y Málaga, donde llegó en forma de «microtsunami». Antes, en 1969, otro maremoto llegó al Golfo de Cádiz, aunque con mucha menos fuerza que el de 1755. El próximo con esa capacidad de destrucción se produce, según los expertos, cada 500 años. Echando cuentas, el siguiente tocaría dentro de 235 años, pero es una estimación estadística.
Ante la pregunta de nuestro titular, la respuesta es fácil: si nos encontramos en la contingencia de un maremoto lo más seguro es buscar refugio en las zonas mas altas de las poblaciones y evitar situaciones de pánico.