La Cultura / Hoy hablamos de la Biblioteca

Recinto intimidatorio para unos, acaso por pereza o porque el libro sigue guardando distancia para aquellos que la concentración y soledad que requiere la lectura se les antoja aburrimiento, las bibliotecas públicas se perciben como lugares lejanos, cerrados y territorios sólo aptos para raras avis in partibus infidelium o a lo más en un espacio de consulta para estudiantes o algún curioso en busca del dato enciclopédico. Pero la vida tiene paradojas, y cuando se creía que el universo internet con sus nuevas tecnologías acabaría con la utilización de estos receptáculos del papel, (antiguas torres de poder como la biblioteca laberíntica de El nombre de la rosa) las bibliotecas se han reinventado y adaptado al cambio con cierto brío y mayor socialización como espacio público.

Y es en el medio rural donde su presencia es más efectiva gracias a los responsables de estas instituciones culturales que, aunque dependientes de la administración pública, han sabido dar un giro y agilizar con propuestas innovadoras estos espacios que amenazaban ser devorados por la invisibilidad o por aquella sombra negra que devoraba el universo en “La historia interminable” de Michael Ende.

Obvio, que sin receptividad política en cuanto al factor económico destinado al menester de mantener vivo estos centros, hasta el bibliotecario más imaginativo encuentra mermada sus habilidades para el continuo cambio que precisa la actividad cultural de mantener en flujo continuo estos centros públicos. La adquisición de novedades literarias, la convocatoria de conferencias o actividades como talleres de lectura o la inmersión de los más jóvenes en la esfera de lo literario necesitan de ayudas económicas que algunos consideran gasto suntuario sin cualquier beneficio a la comunidad ya que para ellos la Cultura es fiesta sin utilidad alguna. Y realmente es fiesta para el conocimiento y la inteligencia, para el criterio y la libertad.

Y una de estas bibliotecas convertidas en espacios vivos es la de Almuñécar a cuyo frente ha estado en los últimos años, Javier Sánchez, ya jubilado, incuestionable promotor de actividades y actualmente el relevo lo ha tomado Susana García, que en apenas un par de años ha abierto nuevos proyectos en la agenda de actividades. A ellos hay que unir la labor de la que fue concejal de Cultura durante ocho años, Olga Ruano, impulsora de distintos frentes e iniciativas ante el árido paisaje cultural que existía y que ahora viene desarrollando Alberto García Gilabert siguiendo la estela de apoyo a colectivos locales y con gran implicación en la acción de nuevos proyectos, ejemplo de que también el efecto cultural produce beneficios económicos a otros sectores sociales.

En el caso de la bibliotecaria sexitana, la relación que guarda con el concejal de Cultura es excelente, “puesto que todas las iniciativas que he presentado las ha apoyado”, dice Susana . “Pasó con el cambio de visión de la biblioteca cuyo proyecto aprobó totalmente. Y como ha ocurrido con la organización de la I Feria del Libro de Almuñécar que se celebrará el próximo 22 de abril en la plaza de Marruecos y en la que los escritores sexitanos tendrán un papel importante”.

Estar al día sobre nuevas propuestas es un factor importante en la labor profesional de Susana García, quien señala que en su caso pasa por la búsqueda en la red de blogs dedicados a la literatura “para tener en cuenta las tendencias del momento”; pero es también importante la opinión de los usuarios de la propia biblioteca y para ello “he creado un buzón de sugerencias, un Desiderata, destinado a que nuestros lectores hagan peticiones de temas que no tenemos o aporten nuevas ideas”.

En el sentido del valor que lo participativo tiene a la hora de mantener vivo el nervio lector en la localidad, la bibliotecaria tiene dos ejes de actuación, uno el club de lectura oficial y otro el destinado a la mujer “y que he llamado “Té con libros” y donde comentamos libros escritos por mujeres o con temáticas centradas en la mujer o un taller de escritura que realizamos los martes. Aparte la creación de la llamada “Bebeteca” para familiarizar a los más pequeños con la lectura y, en apoyo a esta iniciativa, cada último viernes de mes se realiza un encuentro que hemos titulado Bebecuentos”.

También la Biblioteca Municipal Jesús Serrano, en homenaje al escritor y profesor ya desaparecido, cuenta con secciones de lectura para educación y crianza, autoayuda o la recientemente inaugurada Sección Violeta destinada a temas de igualdad de género y raza.

En el terreno de la estadística, Susana nos comenta que las obras más solicitadas en préstamo son las de tema histórico y novela negra. En cuanto a la edad de los usuarios es la horquilla entre los cuarenta y los sesenta años quienes más hacen uso del centro. Los que menos, los jóvenes comprendidos en la franja de los 16 años y los veiteytantos.

Y acabemos con una reflexión de Herman Hesse sobre el libro: “De los numerosos mundos que el hombre no ha recibido de la Naturaleza, sino que ha creado con su propio espíritu, el mundo del libro es el mayor”.

 

 

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