Tezanos alcanzó cierta notoriedad añadida a la que ya disfrutaba entre los iniciados en asuntos políticos cuando simultaneó una encuesta sobre los comicios de la Comunidad de Madrid en el mes de mayo, con un artículo sobre el leitmotiv del voto madrileño que, según su parecer, entroncaba con la tendencia de los madrileños al consumo de bebidas espirituosas. Su encuesta daba como resultado una victoria de la izquierda, la derrota de la derecha y la negación de lo que el resto de trabajos demoscópicos anticipaban. El tono de la campaña de la izquierda no era muy acorde con lo que la previsión de Tezanos anticipaba, pero sin duda le agradecieron y creó definitivamente escuela el efecto de tracción que sobre algunos indecisos o abstencionistas pudiera haber tenido. El resultado electoral es que los madrileños el 4 de mayo votaron afectados por una melopea general, en esto sí acertó el Sr. Tezanos, aunque sus procedimientos demoscópicos quedaron bastante desacreditados.
La última encuesta del CIS sobre Castilla y León repite los mismos elementos, todos los encuestadores se equivocan menos el Instituto oficial, seguramente porque las vacas, inesperadas protagonistas de la campaña, solo han sido entrevistadas por los augures mandados por Tezanos a examinar las entrañas de la sociedad castellano-leonesa. Los defensores del bienestar de las vacas cuentan con el apoyo de estas y ahí debe estar el inesperado seísmo electoral que vaticina el Sr. Tezanos en su encuesta. Si en Madrid fue el factor alcohólico el que determinó el resultado, ahora el vuelco electoral puede que responda a las rumiantes como auténticas protagonistas del debate electoral. Como todo al final depende de lo que se pregunte, cómo se pregunte y a quién, no es difícil obtener el resultado previsto persiguiendo eso que se llama una profecía autocumplida. Al final toda quedará aclarado el día de la votación.
La cuestión fundamental que rodea la ejecutoria del Sr. Tezanos al frente del CIS no es si esta vez acertará o no, los relojes parados dan bien la hora dos veces al día, puede atinar con el resultado alguna vez incluso haciendo mal la encuesta, lo esencial es la forma en la que se conduce al frente del organismo público. Todas sus previsiones, al margen de los resultados finales, siempre dan ganador al mismo y eso ya se aleja estadísticamente de la casualidad y conduce a la causalidad (disculpen el tópico juego de palabras). Para quienes muestran un entusiasmo inasequible al desaliento frente a la cotinianidad respecto a todo lo que es público, deberían ser los primeros interesados en el prestigio y la credibilidad de los organismos estatales. Cuando los ponen por debajo de la utilidad de los intereses ideológicos y al margen de la neutralidad que justifica la existencia de lo público, se hacen y nos hacen a todos un flaco favor porque desacreditan sus principios financiando estructuras inservibles. Siempre claro está que lo útil no se conciba como aquello que puede acomodar la realidad a la conveniencia de quien lo promueve, en cuyo caso no puede hablarse de incoherencia sino de todo lo contrario.
Para quienes conozcan un poco la trayectoria académica y política del Sr. Tezanos sus actuaciones tampoco deben sorprender tanto. Es lo que se dice un buen teórico marxista y está impregnado de la epistemología del alemán. Marx no se hizo comunista después de escribir El Capital, lo era desde antes y lo que hizo fue crear una base teórica (científica según Marx) con la que fundamentar la idea del comunismo en una tarea ciertamente notable desde el punto de vista intelectual al margen de sus después probadas deficiencias. Es decir, al servicio de una idea preconcebida elaboró un sistema de pensamiento total que mediante una interpretación de la historia basada en la evolución económica siempre caracterizada por la explotación, predecía que la incesante acumulación de capital por la burguesía y el progresivo empeoramiento de la situación de la clase proletaria acabaría con las sociedades capitalistas. No acertó en nada pero ha seguido inspirando a muchos. La idea inicial de Marx buscaba argumentos con los que justificarse, no llegó por los argumentos a la idea, desdeñando deliberadamente todo lo que cuestionara su visión inicial. Tezanos sigue el mismo esquema: la conclusión final está anticipada, cómo llegar a ella es el menor de sus problemas, para eso está la moderna narrativa (fusión de hechos y ficciones que oculten el neocontrabando ideológico).
Lo que sí puede afirmarse con rotundidad es que el Sr. Tezanos es abstemio, de lo contrario alguna vez diría la verdad.
José María Sánchez Romera.