En el año 2010, tras una investigación larga y exigente, Pepa Merlo publicó Peces en la tierra. Antología de mujeres poetas en torno a la Generación del 27. El libro obtuvo el reconocimiento inmediato de los lectores: no sólo estuvo varias semanas liderando las listas de ventas de poesía, sino que fue también el más vendido de los primeros cien títulos de la colección Vandalia, que edita la Fundación José Manuel Lara. Muy valorado por críticos y especialistas, su repercusión llegó hasta los manuales escolares, en los que empezaron a aparecer autoras hasta entonces ignoradas. Moncho Otero, Rafa Mora, Juan Antonio Loro, Manu Clavijo y la propia antóloga continúan dando voz y poniendo rostro y música desde el escenario a una poesía femenina que era obligado recuperar. Tras Peces en la tierra, la historia de la literatura española está un poco menos incompleta.
El criterio que utilizó entonces la editora fue incluir poemarios publicados hasta 1936. Quedaban fuera, por tanto, muchas poetas que formaron parte de la vida cultural de los años 20 y 30, pero cuyas obras vieron la luz después de la Guerra Civil. Por eso, doce años después, amplía la lista tanto de poetas como de poemas y presenta Con un traje de luna. Diálogo de voces femeninas de la primera mitad del siglo XX. Esta segunda entrega nace ya como un imprescindible para lectura y referencia. A los nuevos nombres de Mercedes Pinto, Ángela Figuera Aymerich, Maruja Falena, Ana María Martínez Sagi, Dolores Arana y Alfonsa de la Torre, se añaden los de otras diez autoras recogidas en un extenso apéndice.
No hablamos de una generación literaria en el sentido del término heredado de Ortega y Gasset: no forman un grupo con semejanzas en el estilo ni con una voluntad conjunta de renovación. Sin embargo, más allá de lo literario o de lo artístico, creo que en este caso puede ser esclarecedor partir de una perspectiva amplia. Por ejemplo, el sociólogo Karl Manheim define «generación» como «un grupo de sujetos que, por haber nacido en fechas próximas, experimentan un conjunto común de eventos diferente del que experimentan las generaciones anteriores o posteriores». En este aspecto, puede decirse que las poetas antologadas forman parte de la generación de la República, no solamente por haber compartido experiencias con sus coetáneos varones, sino también y sobre todo por tener en común entre ellas lo que la vida en general y la literatura en particular reservaban a las mujeres: ese «traje de luna» que con argumentos tan documentados y palabras tan hermosas nos describe Pepa Merlo, ese «traje de luna» con el que se vistió Concha Méndez: «Me pondré traje de luna / para ir a la mar en sombra / en esta noche moruna» (pág. 192). Un traje incómodo pero casi siempre necesario para poder transitar por espacios vedados. «Si observas la conducta conveniente, / podrás decir palabras permitidas: / invierno, luz, hispanidad, sombrero», dice Ángela Figuera Aymerich (pág. 317).
Las más de setecientas páginas de Con un traje de luna están llenas de vida y de vidas. La nota que presenta los poemas de cada autora, lejos de ser una simple enumeración de datos biográficos, es una narración apasionada y apasionante. La propia introducción es un tratado sobre la historia del imaginario femenino, con el rigor al que Pepa Merlo nos tiene acostumbradas, pero también con la emoción y la determinación de quien sabe que, una vez más, está haciendo justicia.
Con un traje de luna. Diálogo de voces femeninas de la primera mitad del siglo XX (Fundación José Manuel Lara, 2021) | Edición de Pepa Merlo| 720 págs. | 22€