El 12 de octubre de 1938, aparece en los kioskos de Tánger un nuevo periódico español, el Diario “España” de Tánger, que contó con el apoyo entusiasta de Juan Beigbeder, Alto Comisario de España en Marruecos. La Editora Marroquí S.A., propiedad de Corrochano, sería la encargada de su publicación y él su primer director. El periódico tuvo una gran aceptación desde el primer momento. En 1957, Luis Zarraluqui compró a Corrochano la mayor parte de las acciones de Editora Marroquí y creó una nueva publicación “España Semanal”, cuyo director sería Samuel Cohen.
“El España” que nació como un órgano de propaganda franquista en el Tánger internacional poco a poco fue evolucionando hacia posiciones moderadas. Según Juan Manuel Menéndez, durante la 2ª Guerra Mundial el diario “España” llegó a ser el periódico más vendido de todo el territorio nacional. El rotativo presentaba a los aliados como defensores de la democracia y de la libertad. Para el “España”, había una idea en marcha que se llamaba Europa; aquel diario hablaba de un mundo emergente, que eran las democracias que en la II Guerra Mundial habían vencido al fascismo.
Su aspecto era más moderno que las publicaciones peninsulares del momento, con una potente sección de internacional, cultura y deportes. Informaba de las novedades cinematográficas, literarias y musicales de Estados Unidos, Inglaterra y Francia. En aquel “España” destacaba sobre todo, las críticas literarias de, Rafael Vázquez Zamora, que era asesor literario de la editorial Destino.
Corrochano se rodeó de periodistas y escritores de talante liberal, como Jaime Menéndez, Héctor Vázquez Azpiri ,Fernando García Vela y otros muchos. Con habilidad fue sorteando obstáculos hasta convertir el “España” en un periódico plural en el que cabían todas las ideologías. En la redacción convivían franquistas y republicanos y se va creando un clima de cultura, profesionalidad y tolerancia en sintonía con la ciudad.
Un periódico que se hacía eco de noticias que no aparecían en ningún otro rotativo español, “El España” defendía que, la contienda de 1936- 1939 había sido una guerra civil y no una Cruzada de Liberación, hablaba de García Lorca, informaba en la primera página de la concesión del Nobel a un exiliado como Juan Ramón Jiménez. El “España” se convirtió en un referente para muchos demócratas españoles.
El “España” fue un oasis en medio del secarral ideológico imperante en la Península, un diario oficialmente franquista supo mantener una independencia que le convirtió en el periódico de la colonia española de la ciudad y le atrajo numerosos lectores en la Península. “España llegó a vender 50.000 ejemplares, una cifra muy alta para un diario local de la época”, recuerda el periodista Domingo Del Pino.
Esta singularidad no se puede entender sin recordar que Tánger fue, hasta 1957, una ciudad internacional, regida por siete potencias. Era lo que hoy llamaríamos un paraíso fiscal. Una ciudad de todos y de nadie, donde primaban las ideas de libertad, apertura y modernidad. El refugio, pues, de miles de europeos y norteamericanos de ideas y formas de vida heterodoxas.
El ambiente que se vivía en aquellos años en Tánger era favorable a la expansión cultural; a la libertad de expresión, de prensa… Todo esto hacía de Tánger un reducto de libertad donde en el fondo no imperaba ninguna ley. De esta forma se podía editar el “España” con una libertad inusual. Y por este motivo muchos intelectuales y periodistas republicanos españoles encontraron en estas tierras el lugar ideal para desarrollar su actividad profesional.
Esta pluralidad ideológica convirtieron al “España” en una isla de libertad periodística El Diario “España” llegó a ser mítico para la España de la época. Pues en él se publicaron artículos que desde la Península resultaban inconcebibles. Los aires de libertad que inspiraba el periódico llegaban a la península, donde se difundía, y especialmente a Andalucía que llegaba por las tardes.
En un pequeño barco se trasladaban los periódicos de Tánger a Algeciras, a veces ocurría que el “España” no había llegado ese día porque el temporal del Estrecho impedía la navegación entre Tánger y Algeciras. Otras veces el “España” llegaba mojado. “España” era una bocanada de aire fresco en el polvoriento páramo periodístico de la España de Franco.
El diario, por supuesto, no criticaba a Franco. Seguía publicando las informaciones oficiales del régimen, pero sin apenas ocultar que lo hacía por obligación. Lo que interesaba a los demócratas españoles residentes en Tánger y a miles de lectores del otro lado del Estrecho, era la naturalidad con que trataba los asuntos internacionales y culturales.
A Corrochano le sucedió Joan Estelrich, a propuesta del Conde de Godó que era un accionista importante y a éste Manuel Cerezales, escritor liberal y católico, y esposo de la novelista Carmen Laforet. Entre 1960 y 1967, dirige el periódico Haro Tecglen, que años más tarde fue columnista del País.
“España” cerró en 1971 siendo director Manuel Cruz Fernández, los últimos años fueron difíciles, problemas económicos causados por la pérdida de publicidad y lectores; y políticos y administrativos derivados de la reincorporación de Tánger a un Marruecos de nuevo independiente.
Cruz se ocupó personalmente de encontrar trabajo a todos sus empleados en la Peninsula… y con el mismo rango que ostentaron. El Tánger internacional ya no existía, y la realidad era otra, el tiempo del “España había terminado.