La primera estrategia de Feijóo ante la DANA parecía hábil. Intervención inmediata del gobierno central en la catástrofe. Dos pájaros de un tiro. Eliminar al incómodo Mazón, la guerra viene de antiguo, y abrir otro frente contra el gobierno por las torpezas que se producirían durante esa intervención. Y, si saliera todo bien, Dios no lo quiera, se podría acudir al Constitucional por injerencia del gobierno en la Comunidad, como ya se hizo con la ley de confinamiento durante la pandemia. Y el alto tribunal les dio la razón.
A Feijóo el tiro le salió por la culata. El honorable president de la Generalitat no estaba dispuesto al sacrificio. Entonces, el líder del PP inició la arriesgada operación “Salvad al soldado Mazón”. Cambiar de diana. Sánchez parecía muy lejano en su viaje a la India. Así que, tres días después de la tragedia, saca de la chistera del mago a la máxima responsable de todo. Teresa Ribera. Ya conocen el vodevil. No vamos a repetirlo, aunque en ese vodevil se desliza que hay muchas verdades y todas relativas. No. La verdad, como la ética, no es relativa. O es cierta o no es verdad. Otra cosa es la certeza que nosotros tengamos sobre lo verdadero o lo falso. Ahí sí entra la incertidumbre y la relatividad de lo humano. Para que al vodevil no le falte su chispa picante hay hasta un secreto almuerzo del que todos murmuran, pero nadie habla.
Para dirigir la recuperación después de la catástrofe, Mazón ha elegido a un militar. El teniente general Gan Pampols. Al margen de su capacidad de la que no tenemos por qué dudar, sorprende que lo que más se valora es que no tiene nada que ver con la política. El mismo teniente general lo ha afirmado. Y Feijó aplaude con alegría: “Es un hombre que no viene a hacer política”. Esto lo dice otro hombre que lleva ¿cuántos años? haciendo política. ¿Es un mal la política? ¿Todos los políticos son corruptos? Parece ser que sí o, al menos, ese es el mensaje que interesa y va calando hondo. Ya dicen que lo dijo Franco a no sé quien: “Usted haga como yo. No se meta en política”.
El teniente general va a dirigir la recuperación desde la vicepresidencia de la Generalitat, no desde una capitanía. Y será miembro, y muy destacado, de un gobierno político, no militar, insisto, y sus decisiones pasarán por un Parlamento formado por políticos. Me preocupé cuando oí a la portavoz del PSOE ofrecer a Mazón su apoyo para un gobierno técnico. La izquierda no puede permitirse esas veleidades. Se pagan caras.
Sobre la devastación empiezan a revolotear los buitres. Las obras de reconstrucción van a ser muchísimas y las millonadas para financiarlas, otro tanto. El control administrativo escaso por la urgencia de las obras. ¿Hay quién dé más?
Tomás Hernández