Por Elena Navas
El Ayuntamiento de Almuñécar tiene su sede en la Plaza de la Constitución. El antiguo cabildo de la ciudad estaba situado en la misma plaza pública desde el s.XVI, aunque entonces recibía el nombre de “La Plaza”, y era bastante más reducida que la actual, pues la zona comprendida entre la prolongación de la calle Real y la prolongación de la calle que conducía a la Puerta de Granada, estaba ocupada por edificios conocidos como “Las Casillas del Cabildo”, donde efectivamente estaba el cabildo, el pósito y la cárcel.
En “La Plaza” se encontraba la antigua Alhóndiga y la Posada y era el lugar de paso más transitado, al confluir las tres calles más importantes de la ciudad, que comunicaban con las tres puertas de paso de las murallas, situadas al norte, este y oeste: La Puerta de Granada, la Puerta del Mar y la Puerta de Vélez, con acceso desde las calles Puerta de Granada, Real y Vélez; en el punto exacto donde estas tres calles se unían estaba La Plaza.
Podemos imaginar las calles estrechas por las que transitaban numerosos carros cargados de productos del campo y de la mar, entrando y saliendo de la ciudad por las calles que conducen en dirección a Málaga, Granada o al mar Mediterráneo. Las esquinas de las casas, se adecuaron para que no resultasen dañadas por el roce de la carga y las ruedas de los carros, de manera que se eliminaron las esquinas en ángulo recto, dejándolas achaflanadas y colocando en la zona baja de la esquina, una pieza grande de mármol, restos de antiguas columnas romanas, o trozos de antiguos cañones inservibles.
Con el paso del tiempo el cabildo se cambió a otro edificio cercano, emplazado en el lateral norte de la plaza, y se demolieron las Casillas del Cabildo, que estaban en estado ruinoso, quedando La Plaza con la amplitud actual. El aspecto mejoró bastante con la construcción de nuevas casas durante el s.XIX, grandes y de aspecto elegante, cuyas fachadas otorgaban prestigio a sus propietarios, familias enriquecidas con la producción de azúcar.
En la esquina achaflanada entre la calle Pósito y la calle Puerta de Granada, había un gran fuste de columna de mármol de color blanco, colocado para evitar los golpes de las ruedas de los carros y proteger la fachada. A un lado del muro exterior del edificio se conservaba la antigua placa del pósito.
En el último tercio del s.XX, el antiguo edificio del Ayuntamiento de Almuñécar se había quedado pequeño, y tras la adquisición de los edificios colindantes, se llevó a cabo una gran obra de reforma y ampliación en 1987.
La antigua entrada al Ayuntamiento, tenía dos columnas de mármol blanco, unidas por un arco del mismo material. Probablemente eran elementos muy antiguos, reutilizados de edificios anteriores. La ampliación de la entrada dejó inservibles estos elementos arquitectónicos que fueron solicitados por un carpintero muy conocido en el pueblo, para colocarlos en la entrada a un antiguo adarve, o calle sin salida, acceso de varias familias a sus casas, y muy bien conservado en el entorno de la calle Nueva.
En cuanto al antiguo fuste de columna que protegía la esquina, se colocó en la cuesta hacia la iglesia, cerca de la puerta principal, donde podemos verlo en la actualidad y observar que tiene una escotadura singular en la zona superior, indicando que fue utilizado como norai, elemento de amarre, en los puertos de la antigüedad de Almuñécar.
La entrada actual del Ayuntamiento tiene tres columnas circulares de obra, no son de piedra y las antiguas columnas se conservan reutilizadas en un nuevo edificio de la Calle Nueva, colocadas a la entrada del acceso comunal de vecinos. Se conserva una placa metálica en la zona superior de la columna situada al este, que indica la fecha de 1985, momento en que se trasladaron las columnas desde el antiguo ayuntamiento hasta el acceso de las diferentes familias que tienen su casa en ese callejón sin salida.
La entrada está cubierta con un techo de obra que simula la madera de un antiguo cobertizo. El empedrado se renovó con cantos rodados anchos y colocados en horizontal, planos, entre los que se insertan pequeñas teselas de mármol para decorar con dibujos de colores que representan animales marinos, así como un casco romano y el escudo de Almuñécar.