El Acueducto romano de Sexi, el origen del esplendor de Roma en Almuñécar / Iván Sánchez Marcos

Almuñécar es una de las ciudades con mayor historia del sur de la península ibérica, siendo corroborada, por la ciencia arqueológica, una ocupación de su territorio desde época argárica en el período prehistórico hasta nuestra actualidad.

Se puede establecer un marco territorial del poblamiento entorno al núcleo geológico en el que se asienta el actual conjunto histórico del municipio, siendo constatada su ocupación y superposición de períodos históricos gracias a la investigación arqueológica, y debida en muchos casos, al proceso urbanístico tanto en el propio casco histórico como su expansión por el territorio colindante.

Entrando en materia histórica, sabemos por las distintas excavaciones e investigaciones arqueológicas desarrolladas en Almuñécar a partir de la segunda mitad del siglo XX, que nos encontramos con la materialidad que afirma la hipótesis clásica de que la ciudad histórica se asentase en el cerro de San Miguel, lo que a día de hoy se contempla como el Conjunto Histórico de Almuñécar. Siendo dicha materialidad la que acredita los textos de los autores grecolatinos clásicos como Estrabón o Plinio que ubican la ciudad de EX en el entorno geográfico donde se sitúa la actual ciudad de Almuñécar.

Fase Prehistórica

Gracias a la ciencia podemos atestiguar la existencia de una población de corte cultural argárico asentada establemente en el cerro de Velilla con una cronología del 1500 a.C, población que controlará el territorio circundante y que tras los hallazgos arqueológicos propios en el cerro de San Miguel, consideramos que dicho asentamiento aumenta y conforma una ampliación del extracto poblacional que se extiende hasta este nuevo emplazamiento en el cerro de San Miguel, constituyendo por tanto la posibilidad de que conviviesen dos poblados argáricos en ambos cerros, también puede estimarse el traslado del mismo hasta este nuevo espacio en el que se establecerían en una fase final de la edad del bronce coincidiendo con la llegada de la primera oleada colonial fenicia entorno al siglo IX-VIII a.C.

Fase Protohistórica

La historia de Almuñécar como ciudad no se entiende sin la aportación por parte del mundo fenicio, ya que fue esta primera civilización la que enmarcó dentro de las distintas rutas comerciales existentes en el mediterráneo, la entrada de lleno de la ciudad de Almuñécar en un nuevo paradigma social, económico, cultural y por supuesto, en la Historia con mayúsculas. Los fenicios llegaron a las costas del sur peninsular a finales del I M a.C, inclusive según establecen autores como María Eugenia Aubet, que se podrían retrotraer sus primeras incursiones alrededor del 1.200 a.C. siendo una cronología muy temprana con respecto a los materiales arqueológicos documentados en las distintas actividades desarrolladas en el término municipal de Almuñécar y que confirman un asentamiento estable para el siglo VIII a.C.

Es por ello que la importancia de la colonia de Ex (SKS)-la Almuñécar Fenicia- se extiende hasta límites regionales, siendo un punto importante en la inflexión de las investigaciones sobre la colonización fenicia en el sur peninsular y dentro del comercio transmediterráneo en la antigüedad.

Los vestigios de los que contamos en nuestro municipio y que atestiguan la importancia de la colonia y por tanto de la ciudad, son sin duda las tres necrópolis documentadas y excavadas en las colinas limítrofes al centro urbano actual y que geográficamente delimitan las zonas de sedimentación de los valles de los ríos Verde y Seco con respecto a los estribos montañosos que circundan dichos valles fluviales.

Sirva un símil orográfico entre Almuñécar con Tiro (Líbano) para entender la disposición de la colonia de EX­/SKS y como las colonias fenicias se disponían en similitud urbana con su metrópoli.

Fase Romana

El control de la Península Ibérica por parte de Roma viene marcado por una fecha concreta el 206 a.C, dicha fecha sitúa militarmente la derrota del imperio cartaginés en la península ibérica, siendo destituido el regimiento púnico del control sociopolítico, económico y militar para siempre, siendo con ello el comienzo del control por parte de la república romana del territorio ibérico, al que denominarán Hispania.

Almuñécar durante este período se establecerá como zona nuevamente colonizada, sabiendo su ascendencia colonial fenicia y control púnico, pero esta vez será mediante un fenómeno de convergencia, hibridación y adaptación con múltiples raíces y protagonistas.

Siendo constatada arqueológicamente la continuidad cultural púnica desde el inicio del control romano allá por el siglo III a.C hasta bien establecido el propio Imperio a finales del siglo I a.C.

Sin embargo la ciudad tiene un punto de inflexión precisamente entorno al final del I a.C será tras la victoria de César en la Batalla de Munda en el año 45 a.C cuando se decida por parte de la administración romana la concesión del estatus de municipium civium romanorum a la ciudad de Sexi, debido al apoyo que la ciudad ofrece a César 4 años antes en el 49 a.C. de este modo comienza un período de influencia romana desde el punto de vista administrativo y económico que generará los importantes elementos de ingeniería romana como el acueducto, el criptopórtico, la ampliación de la factoría de salazones del Majuelo y en definitiva la reurbanización total de la ciudad.

Toda esta dimensión urbana se establece en torno a los primeros años del siglo I d.C siendo por tanto uno de los períodos de mayor esplendor para la ciudad romana de Almuñécar , la SEXI FIRMUM IULIUM, será a partir de ahora cuando la ciudadanía de Sexi tengan entrada en el ámbito social romano en todos los aspectos, como bien demuestra el pedestal encontrado en la factoría de salazones, con inscripción honoraria citando “A cayo Emilio Nigro Arvaca, hijo de Séneca, de la tribu de Galeria, natural de Sexi, sacerdote de los Divinos Augustos de la Provicnia de la Bética…”.

Es en este momento en el que se comienza la construcción de la que sin duda refleja la importancia de la ciudad de Sexi Firmum Iulium tuvo en la Hispania romana, EL ACUEDUCTO ROMANO DE ALMUÑÉCAR, cuya función se enmarca en el transvase y distribución de agua potable a la ciudad, pero concretamente, la función es surtir de agua potable a la gran factoría de salazones del Majuelo, que durante la etapa de esplendor augustea y en la fase imperial de todo el período romano, se ampliará y albergará la ladera occidental completa del propio Cerro de San Miguel, siendo por tanto ingente la cantidad de metros cúbicos de agua necesarios y demandados por la propia ciudad y su sector económico más determinante.

Conocido y estudiado desde hace bastantes años, del acueducto romano de Almuñécar se conoce prácticamente la totalidad de su recorrido. Para su análisis y descripción seguiremos la reciente obra de Sánchez López, E. “AQUA SEXITANA”, y F. Molina Fajardo, Almuñécar Romana, en la que se recogen las aportaciones de las distintas publicaciones sobre el acueducto, a la vez que aporta las últimas novedades sobre el mismo. La conducción romana de aguas de Almuñécar, construida utilizando como material lajas de pizarra, tiene una longitud aproximada de 7 kilómetros, con un recorrido a través de topografías muy diversas, lo que motiva la aplicación de variadas soluciones tecnológicas. Así, partiendo de un elemento generador, la conducción abovedada, encontramos conducciones abiertas, cubiertas abovedadas, túneles, sifones, depósitos y acueductos de muy diferente condición.

El canal abovedado presenta una anchura de 50 cm. y 105 cm. de altura, está construida con lajas de pizarra como el resto de la obra y se cubre con bóveda de medio punto. El interior aparece tratado con un revoco blanco o con opus signinum.

El acueducto parece tener su inicio en la zona conocida como Las Angusturas, en el río Verde, donde se ha documentado una obra subterránea de captación de aguas. Se trata de un canal abovedado, situado a unos 3 metros de profundidad del lecho del río Verde, realizado con lajas de pizarra y cantos de río, y revestido de un revoco blanco en el suelo y paredes hasta unos 45 centímetros de altura. Esta construcción abovedada tiene una longitud aproximada de 500 metros.
A partir de la captación, las aguas discurrían en acequia abierta hasta que en un lugar determinado, vuelven a un canal subterráneo hasta el tramo llamado acueducto de Torrecuevas o Tramo I.

Por lo general, se pretende que la conducción abovedada transcurra a ras del suelo, pero esto no siempre es posible dado lo escarpado del terreno, por lo que sus constructores debieron recurrir al levantamiento de estructuras de arcos para salvar los desniveles. En la actualidad se conocen cinco tramos, el ya citado de Torrecuevas o Tramo I, en la margen derecha del río Verde, y los llamados acueductos II, III, IV y V en la margen izquierda aguas abajo del río Seco.

El acueducto de Torrecuevas o Tramo I es el de mayor longitud, con 17 arcos de luz normal y otros dos de luz reducida que flanquean a uno normal. A partir de aquí, continúa en forma de canal abovedado apoyándose sobre la topografía natural, aunque en algunos casos se recurre a pequeños tramos de varias arcadas para salvar los desniveles del terreno.

Es en este punto donde la conducción cambia de cuenca, pasando al río Seco a través de un túnel. Continúa por la ladera este, despegándose rápidamente del cauce del río. En este tramo del recorrido, la conducción se encuentra con tres barrancos que se salvan mediante los acueductos II, III y IV.
El llamado Tramo IV, con unos 72 metros de longitud, es el más espectacular. Está formado por dos cuerpos con nueve arcadas principales flanqueadas por dos de luz secundaria y dos registros muy cercanos a ambos extremos.

Finalizado el acueducto IV, la canalización desemboca en un pozo de registro cuadrangular de unos 80 centímetros de lado, siendo el único de esta forma ya que los restantes registros que se han documentado en su recorrido son circulares.

El último tramo conocido del acueducto es el V, llamado de La Carrera, ya en la entrada de la ciudad. Va desde el puente sobre el que pasa la carretera de Málaga a Almería hasta la Carrera de la Concepción, salvando la vaguada y dirigiéndose hacia el casco antiguo de la ciudad, en dirección a la iglesia de la Encarnación.

En los últimos estudios más prominentes académicamente y de manera científica sitúan el depósito terminal en el lugar que actualmente ocupa la Iglesia de la Encarnación; ya que, según parece, la iglesia está montada sobre restos romanos y demás, la reutilización de restos constructivos romanos puede apreciarse en el edificio.

Sería desde aquí, desde donde partirían los canales de distribución de aguas en dirección a la vaguada que actualmente ocupa la plaza del Ayuntamiento y desde allí, se produciría una bifurcación tanto hacia el este como hacia el oeste.

La mayor parte del agua sería enviada hacia la factoría de salazones de El Majuelo, a donde llega a través de una conducción abovedada situada en su extremo norte. Es probable que un tramo de este acueducto llegara hasta el conocido como “Peñón del Santo”, junto al mar, como hacen suponer los restos constructivos todavía visibles en esta zona.

El acueducto de La Carrera, tramo V, (sifón), ha sido objeto de varias intervenciones arqueológicas durante las que se han descubierto unos 100 metros de su recorrido. Cuenta con 17 arcos, uno principal, posiblemente central, que posee dos pilastras adosadas sobre los pilares por ambas caras, hecho que no se da en ningún otro tramo. Este supuesto arco principal, así como los arcos contiguos a uno y otro lado, aparecen sesgados en dirección este, bajo este arco pasaba la calzada romana que iba desde Carthago Nova a Malaca la denominada Vía Augusta dirección Gades, conocida a la romanización como Vía Hercúlea.

En cuanto a la cronología, los datos aportados por los distintos trabajos realizados en el acueducto sitúan la fecha de su fundación hacia la primera mitad del siglo I d. C., coincidiendo con un periodo de fuerte intervención y remodelación urbanística de la ciudad.

Al respecto del uso social que el acueducto puede aportar a la vida cotidiana de la Sexi Firmum Iulium, es reconocida su relación con los baños públicos de la carrera de la concepción, ya que éste nutre de agua al complejo termal surtiendo de afluencia acuífera necesaria para el desarrollo adecuado del complejo.

Sin embargo en las últimas intervenciones realizadas en el conjunto urbano de Almuñécar, en la excavación del verano pasado en la calle espaldas de San Miguel, se han podido documentar elementos de índole estructural correctamente asociados con la distribución del agua en el interior de la ciudad, concretamente en el interior del Criptopórtico y por tanto en el entorno urbano de la ciudad romana de Sexi.

Siendo constatados arqueológicamente la red interna de canalizaciones que distribuirían el agua desde la parte superior, asentada en la actual plaza de eras del castillo, y desde la que se distribuiría en dirección suroeste por canalizaciones soterradas y excavadas en el propio contexto geológico, de manera que el agua se distribuiría por el interior de las distintas estancias y estructuras abovedadas documentadas en el propio barrio del castillo, como la cueva siete palacios, la capilla del Cristo del castillo o la cueva del obispo, de manera que bajo estas estructuras discurría mediante estos canales el agua. Además se ha podido documentar una Piscina limariae, una estructura hidráulica por la que se discurría el agua y se limpiaba de impurezas, lodos y materiales pesados, los cuales se hundían en varios compartimentos cuadrangulares conformados con el famoso opus signinum siendo de un uso continuado desde el siglo I d.n.e hasta el siglo IV-V d.n.e, cronología verificada por el material arqueológico hallado en su interior y que ha sido recuperado gracias a la intervención arqueológica de 2020.

Es por ello, que el esplendor de la Roma Imperial se ve perfectamente reflejado en la majestuosa obra de ingeniería que junto al complejo abovedado del criptopórtico de la cueva de los siete palacios, siendo ésta el sector norte mejor constatado del mismo, pero que albergaría sin duda una dimensión de mayor entidad, la hipótesis que se plantea en la actualidad estima una aproximación espacial de 14.392m₂ con una perímetro de 476m, son sin duda el gran reflejo del esplendor de la Roma Imperial en la Sexi Firmum Iulium.

Tutela efectiva y vigencia jurídica

Asimismo, y ya en el siglo XX, fue precisamente estos elementos arquitectónicos y de ingeniería civil tan majestuosos, el que motivó que desde el estado y en aplicación de las tendencias legislativas de protección y conservación, tutela y salvaguarda se declarasen el 4 de junio de 1931 “MONUMENTOS HISTÓRICO-ARTÍSTICOS PERTENECIENTES AL TESORO NACIONAL” con el informe favorable de la Junta superior de Excavaciones y el Comité Ejecutivo de la Junta del Patronato para la protección, conservación y acrecentamiento del Tesoro Artístico Nacional en virtud del decreto-ley del 9 de agosto de 1926.

Comenzando el camino de la tutela en beneficio de la protección, la salvaguarda y la conservación de nuestro rico patrimonio histórico, que se sigue manteniendo, sin embargo en la actualidad se aplican las normativas vigentes más actualizadas como son la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía L.14/2007 de 26 de noviembre, la cual a su vez es un fiel reflejo de la tendencia jurisdiccional establecida por la Ley de Patrimonio Histórico español L.16/1985 de 25 de junio, actualmente ha sido aprobado el anteproyecto para su modificación y actualización pro parte del consejo de ministros, de manera que de sus modificaciones también se deberá acondicionar el rico patrimonio histórico y arqueológico que tan orgullosamente representa a la ciudad de Almuñécar en el siglo XXI.

 

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