Quedan lectores exquisitos

 

Ante la pantalla líquida y táctil, todavía queda quien no quiere dejar de sentir el tacto del papel entre sus manos. Tacto y olfato sobre el papel orgánico que se impregna del sol y salitre. Una mañana de agosto, junto al mar y viajando por el rio de las palabras.

 

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