Villa Romana de Cotobro / Elena Navas Guerrero

 

Texto: Elena Navas Guerrero, arqueóloga municipal del Ayuntamiento de Almuñécar
Ilustración: Toni Quiros

La Villa romana de Cotobro, lugar conocido también como el Pozo de Cotobro, está situado en una de las playas más bonitas de Almuñécar.

Para entender la villa romana de Cotobro os voy a pedir una vez más que utilicemos la imaginación para trasladarnos de nuevo hasta la época romana; vamos a imaginar que salimos de la ciudad, fuera de las murallas, y que nos damos un paseo por los alrededores de la ciudad romana, recordad que se llamaba Sexi Firmun Iulium. Habrá que figurarse como sería el paisaje de aquel momento, con los campos de cultivo, aprovechando las fértiles vegas del río Verde y del río Seco, allí encontraríamos caminos que nos llevarían hasta grandes casas de campo, que en época romana se llama villa, es el mismo nombre que hoy día encontramos escritos en algunos chalets, en los que podemos leer: Villa Verónica o Villa los Laureles, por ejemplo.

Para hacernos una idea, las villae serían como los grandes cortijos actuales. En ellas habría una parte destinada a la vivienda del propietario y de su familia, con aspecto muy cuidado y lujosa, con mosaicos en el suelo, con columnas y con esculturas. Habría mucha gente trabajando en el campo, al cuidado de los animales y en las tareas domésticas, esta gente eran los esclavos. Algunos de ellos eran muy cultos y se dedicaban a la educación de los hijos del señor, el domus, o dueño de la villa.

Un ejemplo de este tipo de casas, es la villa romana de Cotobro, que debió de ser muy rica, porque incluso tenía sus propias termas, o salas de baños particulares.

Había otras villae, como la villa del río Verde, situada junto a la desembocadura del río; la villa de la Cerca, junto a la necrópolis de Puente de Noy; la villa de la urbanización Costa Banana, que estaba situada cercana a la desembocadura de Río Seco; la villa del barrio de San Sebastián, la del Cercado de Santa Cruz; la villa de Las Peñuelas, la villa de Torrecuevas, etc.. Hay restos de villae en dirección a Salobreña, que se dedicaban a la producción de ánforas de cerámica, eran alfares, aprovechando que allí hay arcilla de muy buena calidad, depositadas por el río Guadalfeo. Se sabe que eran alfares porque hay muchos restos de cerámica con defectos y fallos en la cocción. Las ánforas se utilizaban para almacenaje y transporte de productos como el vino, aceite, pasas o la famosa salsa de pescado conocida como garum. Según la forma que tiene el ánfora, se sabe si contenía aceite, vino o pescado. Al igual que hoy día, con solo ver el envase, ya sabemos si tenemos delante una botella de vino o una lata de atún.

La producción de ánforas para el vino, nos indica que había un comercio local o regional de vino, y también la existencia del cultivo de la vid, para lo que posiblemente aprovechaban las pendientes de los montes de alrededor de Almuñécar.

Hacia La Herradura, las villae estaban dedicadas a la agricultura, aprovechando las fértiles tierras cercanas a los ríos. También hay restos de villae más al interior de los ríos, en zona de montaña, que estaban vinculadas posiblemente a actividades mineras.

La realidad es que, de todas las villas romanas que habría alrededor de Almuñécar, se conservan muy pocos restos, porque se ha construido mucho, y muchas de ellas se han destruido sin que se hagan estudios arqueológicos. Un caso en el que si se llevó a cabo excavación arqueológica es la villa romana de Cotobro, localizada en el Paseo del Cotobro, en el solar donde ahora hay construido un hotel, así que yo os propongo dar un agradable paseo hasta allí y entrar en el Hotel para ver los restos de la villa romana. Podréis ver como en los bajos del hotel, han quedado conservados los restos de un horno; de conducciones de agua y también los restos de las termas, es decir de los baños de esa lujosa casa romana, que tendrían sus piscinas de agua caliente, de agua templada y de agua fría. Se conservan restos del hipocaustum (zona subterránea por la que circula el aire caliente), reconocible por los arcos de ladrillo. Una de las piscinas que se pueden ver, está en el interior de una habitación que tiene el techo con bóveda y la piscina es circular, de casi 3m de diámetro, enlucida con opus signinum (mortero impermeabilizante), tiene tres escalones que servían para sentarse y para bajar hasta el agua.

Esta villa estaba situada junto al mar, y antes de su excavación arqueológica, se conocía como Pozo de Cotobro, debido a que, en la piscina circular de las termas, y ya en época ModernaContemporánea, se abrió allí un pozo de agua dulce.

 

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