Calendario / Cuando Perséfone regresa de los dominios de Hades…

21 de marzo. Texto: Javier Celorrio. Cuando Perséfone regresa de los dominios de Hades nos llega la primavera. Antes, la pobre ha pasado seis meses encerrada en los ámbitos del inframundo donde habitan los muertos con el oscuro Hades como compañero. No extraña que Deméter, su madre, se alegre y reina de la tierra haga florecer los campos. Una historia mitológica de cuando el mundo era plano y desconocían que en su redondez giratoria Perséfone en el otro hemisferio volvía a descender a los infiernos. De cualquier manera la primavera ha llegado y el otoño a la Argentina. Y aunque sin mitologías y sin floraciones y el pim pam pum del Olimpo sigo prefiriendo los inviernos cálidos de nuestra costa y sus temporales de poniente con el aire limpio que hace puros los colores como en las pinturas de Sorolla con resultado de cierto escalofrío provocado por una tenue brisa. El verano, sin embargo es extremo en sequedad, en aridez, en torrados días; una antipatía que va apaciguando a final de agosto, pero que vuelve a repuntar en algunos días de septiembre. Creo que las estaciones van en consonancia con los ciclos de la edad y de ahí nuestras preferencias. Y en consecuencia, la mitología puede venir de ahí: una Perséfone bulliciosa que corre el campo en desnudez cubierta de liviana, casquivana gasa, y que no sabe apreciar el encanto de las medias luces de ciertas épocas más reflexivas y que andan ya corrida de cosas, de cuerpos, de historias y de mitologías varias. Cuando no se anda vivido y cosido en múltiples cicatrices se puede brincar colinas, correr valles, volar montañas: ser Perséfone sobre la triste Deméter que sabe que la vuelta de la hija es el inicio de su partida. Una nostalgia perenne, vaya. Pero ¡alto!, que para ser una inteligente Deméter antes debemos haber sido la bulliciosa Perséfone. Si no lo fuimos hemos equivocado el camino a Ítaca. Ya digo, volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, pero ya con el ala a sus cristales no llamarán. (Entrada anterior)

 

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